Queridos Colegas,
Me sumo a felicitar a cada uno de los profesores de Trewhela’s en este día, para agradecerles toda la entrega, dedicación, y profesionalismo que brindan a sus alumnos cotidianamente.
Quiero compartir con ustedes la reflexión que hace Gabriela Mistral, acerca de la satisfacción que siente, y la trascendencia que adquiere la entrega de una clase hecha con amor.
“Cuando yo he hecho una clase hermosa, me quedo más feliz que Miguel Ángel después del Moisés. Verdad es que mi clase se desvaneció como un celaje, pero es sólo en apariencia. Mi clase quedó como una saeta de oro atravesada en el alma siquiera de una alumna.
En la vida de ella mi clase se volverá a oír, yo lo sé. Ni el mármol es más duradero que este soplo de aliento si es puro e intenso”.
¡Gracias, profesores de Trewhela’s!
Viola Bolton Michell